Louis Porrini

Hablemos de inmunoterapia

La salud es un sector especialmente dinámico y en constante evolución, impulsado por su capacidad de innovación. Un ejemplo clave es la inmunoterapia, que sobre todo supone un cambio de paradigma en el tratamiento del cáncer. Al contrario que la quimioterapia, son las células inmunitarias que rodean a las células cancerosas las que se convierten en la diana, con el objetivo de activarlas para destruir las células enfermas. Aunque estos tratamientos son muy prometedores, su coste elevado y su baja disponibilidad los convierten en soluciones escasas y poco accesibles. Para desarrollarlos a gran escala, las necesidades de inversión son importantes, a la par que decisivas. Los progresos científicos y técnicos del sector sanitario abren también un amplio abanico de oportunidades de inversión. Las empresas y los inversores de impacto son parte fundamental de esta transformación.

El Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer, que se celebra el 4 de febrero, supone principalmente un llamamiento para aumentar la inversión en recursos e innovación en el ámbito de estos tratamientos. El reto es de calado, ya que el número de casos diagnosticados de esta enfermedad —la segunda causa de mortalidad en el mundo— debería aumentar un 60 % hasta 2024[1]. La inmunoterapia, que complementa los medicamentos clásicos, permite mejorar la eficacia de los tratamientos y aumentar el número de pacientes que podrían beneficiarse de ellos. Cifrado en más de 105.000 millones de dólares en 2022, el mercado de este procedimiento terapéutico revolucionario debería alcanzar por sí solo un valor de más de 300.000 millones de dólares[2] de aquí a finales de 2030.

La inmunoterapia es un área todavía muy reciente y una innovación revolucionaria para los laboratorios farmacéuticos. El grupo suecobritánico AstraZeneca está trabajando actualmente en medio centenar de proyectos de tratamientos contra el cáncer. Los resultados del tratamiento mediante Durvalumab, presentados durante el congreso de 2023 de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), son elocuentes. Este anticuerpo monoclonal, asociado a una quimioterapia, duplica la tasa de curación comparada con un tratamiento mediante una simple quimioterapia. Los ejemplos se multiplican en el ámbito de la inmunoterapia. El grupo suizo Lonza, que produce medicamentos biológicos, es un actor de primer orden que, por un lado, actúa como una fábrica que permite diseñar tratamientos a escala industrial y, por otro, colabora en el desarrollo de nuevos tratamientos por parte de grandes laboratorios, como AstraZeneca.  Otro ejemplo es la biotecnológica alemana BioNTech, que desarrolla anticuerpos monoclonales y utiliza tecnologías de ARN mensajero para tratar tumores y cánceres. En 2023, esta empresa alemana anunció ya el lanzamiento de ensayos clínicos relacionados con una vacuna contra el cáncer.

Territorio de innovación e investigación, el sector sanitario abre un enorme campo de oportunidades de inversión y encierra un potencial alcista a menudo insospechado. Aunque en 2023 el comportamiento bursátil de los grandes laboratorios farmacéuticos, biotecnológicas y empresas de tecnologías médicas fue desigual, en nuestra opinión 2024 debería ser sinónimo de recuperación. El sector se ha visto penalizado por factores transitorios, como la reducción de la liquidez, las medidas anticorrupción en China y el exceso de existencias después del COVID. En un contexto más favorable, cada vez más fondos de inversión amplían su cobertura a las empresas más innovadoras a la vista de las perspectivas distintivas de este sector.

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[1] Organización Mundial de la Salud, 2020
[2] Exactitude Consultancy, 2023