Copilotos
Tras la estela de ChatGPT, que ha conquistado a cerca de 200 millones de usuarios en un tiempo récord, la era de la inteligencia artificial generativa que acaba de comenzar transformará profundamente las formas de trabajar y las interacciones entre los hombres y las máquinas. Estamos, pues, ante una proeza tecnológica que estimula el potencial de crecimiento de la inteligencia artificial (IA) y crea oportunidades de inversión a largo plazo.
La IA al servicio de las empresas
Cada vez más utilizadas en el mundo empresarial, estas herramientas inteligentes y estas soluciones de automatización permiten mejorar la eficiencia operativa de las compañías. Dentro de los algoritmos generativos, que funcionan mediante el lenguaje natural, algunos son capaces de escribir código y generar automáticamente programas informáticos, convirtiéndose así en verdaderos asistentes personales de los programadores. Es el caso de Copilot, diseñado por Microsoft[2], un asistente integrado en las aplicaciones profesionales del gigante estadounidense, y de muchos otros que vienen pisando fuerte.
Algunas grandes empresas van más allá y están desarrollando sus sistemas generativos y de procesamiento automatizado con el fin de gestionar sus propios datos. En EE. UU., el banco JP Morgan ha diseñado un modelo de IA para analizar décadas de archivos de discursos de los bancos centrales; en Europa, el fondo de inversión del estado noruego ha creado una IA generativa para reforzar la eficiencia de su operativa en los mercados. Por su parte, un líder en datos financieros como Bloomberg está aprovechando su inmensa base de datos para desarrollar su propio algoritmo de IA generativa, denominado BloombergGPT y dotado con ¡50.000 millones de neuronas![3]
La rápida adopción de esta revolución tecnológica está beneficiando a otras empresas tecnológicas, como Servicenow, que está desarrollando soluciones para automatizar la gestión de las infraestructuras informáticas y acaba de anunciar una alianza con Hugging Face, una start up especializada en IA generativa, con el fin de lanzar una solución de código fuente abierto. Otro ejemplo es Snowflake, líder en gestión de datos en la nube, que en enero anunció la adquisición de la start up Myst AI para ampliar el aprendizaje automático en Snowflake Data Cloud. Nube, ciberseguridad, algoritmos generativos… todo se acelera gracias a la popularidad de ChatGPT.
Un impacto transformador
Es indudable que el impacto sobre el mercado laboral y la economía mundial será mayor. Se calcula que el 80 % del empleo estadounidense podría verse afectado en parte por estas herramientas generativas, de acuerdo con un estudio de OpenAI y la Universidad de Pensilvania[4]. Aunque estos avances tecnológicos, como otros antes que ellos, destruirán empleos, también crearán otros nuevos y modificarán algunos. Según el Foro Económico Mundial, aunque la IA podría reemplazar a 85 millones de trabajadores de aquí a 2025, también podría crear 97 millones de nuevos empleos.
Estos algoritmos generativos fascinan o inquietan, pero lo cierto es que su auge es imparable. Aunque la necesidad de regular la IA es innegable, esta tecnología creará oportunidades inéditas. Sam Altman, cofundador de Open AI y «padre» de ChatGPT, ha comparado los progresos tecnológicos del próximo siglo con los conseguidos desde que se descubrió el fuego y se inventó la rueda. El futuro lo dirá. De lo que estamos convencidos es de que el poder de la IA generativa abre infinitas posibilidades y crea perspectivas de crecimiento inéditas.
Rolando Grandi, CFA y gestor del Echiquier Artificial Intelligence[1], La Financière de l’Echiquier – LFDE ǀ Mayo 2023