¿Quien pierde gana?
Del “ZIRP” al “NIRP” sólo había un paso que nuestros amigos anglosajones no han dudado en dar.
Unos acrónimos que se parecen mucho a las onomatopeyas de los tebeos pero que, en realidad, califican las serias estrategias basadas en el tipo de interés que vienen aplicando los bancos centrales desde hace algunos años. El “ZIRP” (de Zero Interest Rate Policy), era lo que se hacía hace dos o tres años con la política de “tipo cero”, el “NIRP” (de Negative Interest Rate Policy), es esta capacidad poco frecuente que tienen desde ahora algunos países de la zona euro para poder pedir dinero a sus acreedores.…
Por primera vez en su historia*, el 9 de julio de 2012, Francia emitió deuda con tipos de interés negativos: ¡-0,005% a 3 meses y -0,006% a 6 meses! El país sigue en este movimiento a su gran vecino alemán que se endeuda ya desde hace algunos meses a tipos negativos, llegando incluso ciertos inversores en pánico a hacerlo a un plazo de dos años.
Destacamos la ironía de la situación: hace sólo cuatro meses, los mercados se preocupaban por la capacidad de Francia, de nuevo socialista, para endeudarse en buenas condiciones. ¡Pocos de nosotros habríamos creído entonces que el país pudiera llegar a la situación actual!
Además de ser una situación técnica inédita en los mercados de tipos cortos, este acontecimiento nos lleva a una reflexión más general. Al economista estadounidense John Kenneth Galbraith le gustaba repetir que «tarde o temprano, a los incautos se les desposee de su dinero». Con el “NIRP”, los importes en juego podrían acabar dándole la razón a gran escala… Una situación de “NIRP” plantea auténticas dificultades para colocar los ahorros: ¿qué inversor sensato aceptaría por adelantado perder una parte de su apuesta?
El nuevo gobierno, poco rodado en asuntos financieros, aprovecha extrañamente este periodo para aumentar el techo del Livret A (Cartilla de ahorro), la inversión sin riesgo preferida por los franceses que, por una vez, ofrece más intereses que cualquier otra inversión, al tiempo que fustiga la “renta” y a los rentistas. Una manera sorprendente de incitar al ahorro a orientarse hacia el riesgo…
Entonces ¿dónde coloca uno sus capitales si quiere preparar serenamente su jubilación?
Una mirada objetiva hacia la situación económica permite reflexionar sobre algunas soluciones ganadoras y prometedoras.
Una primera solución es, por supuesto, aceptar asumir el mínimo riesgo posible. Les alentamos a prestar siempre sus ahorros a las empresas que consideramos solventes a largo plazo y que emiten a tipos atractivos para el inversor.
En este periodo de aversión extrema al riesgo, otra posibilidad más paradójica consiste en invertir en las acciones de estos grandes grupos, líderes mundiales de sus sectores. Con una percepción muy positiva por parte del mercado, consiguen endeudarse a tipos extremadamente bajos: 1,6 % para SIEMENS a 7 años y 2,4% solamente para VOLKSWAGEN a 10 años. Estos grandes grupos industriales se encuentran en la situación inédita y cómoda de poder financiar proyectos de gran crecimiento a unos tipos que nunca les han sido tan favorables.
Este fenómeno nuevo y apasionante (denominado “strategic carry trade”) representa una gran ventaja competitiva, una ventaja decisiva que tiene que llevarnos a confiar más capitales a las empresas que disponen de ellos.
Olvidemos los acrónimos y recordemos sencillamente que en este universo de tipos bajos incómodo para el ahorrador, las oportunidades se multiplican para las empresas. Ahora tenemos que aprovechar bien estas posibilidades: prestar a aquellas que tienen “injustamente” dificultades para endeudarse, y comprar acciones de aquellas que tienen tanta facilidad para hacerlo.
Didier LE MENESTREL
con la complicidad de Marc CRAQUELIN
*Fuente Bloomberg