Rolando Grandi

¿Un trabajo en la Luna? No es una idea tan lejana

Los tres objetivos de la misión Artemis —sobrevivir, vivir, habitar— que rubricará el retorno del hombre a la Luna en 2025 son claros: trata de garantizar una presencia humana permanente en nuestro satélite natural. Esta misión, iniciada por la NASA, abre de nuevo la puerta del espacio. Comienza una nueva era en la que la Luna y Marte serán lugares donde podremos instalarnos.

Están previstas no menos de 150 misiones de exploración de la Luna de aquí a 2030. El desarrollo de la economía entre la Tierra y la Luna, que prefigura el nacimiento de una humanidad interplanetaria, está impulsado por la caída exponencial de los costes de acceso al espacio, gracias principalmente a la reutilización de los cohetes y las naves espaciales. El coste del envío al espacio de satélites, cada vez más pequeños y energéticamente eficientes, continúa su descenso: se espera que se lancen más de 33.000 satélites durante los próximos diez años. Se prevé que las misiones de transporte de astronautas, de suministros y de infraestructuras serán el motor más potente para el crecimiento de la economía espacial y generarán 216.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década, según un informe reciente de Northern Sky Research. Este informe subraya la magnitud del crecimiento de la industria espacial, cuyo mercado se espera que alcance un valor de 633.000 millones de dólares de aquí a 2030.

Cada vez más actores consolidados y emergentes contemplan nuevas oportunidades de ingresos derivados del desarrollo del ecosistema lunar y de las misiones de exploración interplanetarias. La concepción de estaciones espaciales privadas ha comenzado a rebufo de la estación orbital Lunar Gateway, proyecto que actuará como trampolín para futuros vuelos tripulados más lejanos en el que participan la NASA, la agencia espacial europea y empresas privadas. Algunas aplicaciones podrían representan ya oportunidades de crecimiento. Es el caso de la compañía canadiense MDA, que suministra herramientas robóticas y electrónicas para las misiones espaciales.

 

Preparativos con una buena base

La primera etapa consiste en organizar viajes a la Luna y después a Marte, donde los recursos de agua, energía o alimentación deben ser transportados antes de que puedan producirse y reciclarse in situ. Para esta vida totalmente autosuficiente, son muy valiosas las tecnologías de reciclaje del agua y del plástico que se desarrollan en la ISS. Los preparativos están acelerándose. Por ejemplo, la empresa francesa de reciente creación Spartan Space diseña hábitats lunares hinchables equipados con tecnologías de almacenamiento de oxígeno y de energía, de reciclaje de aguas residuales, etc. El cultivo de vegetales en condiciones espaciales está progresando. Por primera vez, científicos de la Universidad de Florida han conseguido cultivar plantas en muestras de suelo lunar recogidas en 1969 durante la misión Apolo 11 y las posteriores.

Cada vez habrá más gente que trabaje y produzca en el espacio. Gracias a la nave Starship de SpaceX, cuyo objetivo es llegar a Marte desde la Luna, serán indudablemente miles de personas. Con el fin de anticiparse a la necesidad de formación privada, Orbite, una start-up creada por Nicolas Gaume y Jason Andrew, fundador de Blacksky, ofrecerá una formación espacial al más alto nivel a partir de 2024.

 

Numerosas oportunidades en la Luna

La ausencia de gravedad permite fabricar productos con un alto valor añadido también para la Tierra en los sectores de la agricultura, la biología, la química o incluso los nuevos materiales. Space Cargo Unlimited trata de aprovechar de la microgravedad para cultivar vides más resistentes a las alteraciones climáticas. De vuelta en la Tierra, los sarmientos de las vides, que se enviaron a la ISS en 2019 para ser expuestos a la microgravedad, cumplen todas sus promesas. Las investigaciones continúan en colaboración con la Universidad alemana de Erlangen. Estamos convencidos de que la aventura espacial proporcionará soluciones concretas y métodos estelares para los grandes desafíos de la Tierra.

 

 

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