Por favor, dibújame un robot
A los pies del monte Fuji, cerca del lago Yamanaka, en el corazón de un bosque de alerces y pinos rojos, miles de pequeños robots amarillos se activan día y noche para fabrica… otros robots. Al salir de la fábrica de Oshino para volver a su casa por la noche, los empleados humanos apagan la luz, mientras que sus colegas no tienen necesidad de ello. En las fábricas 4.0 de FANUC, 4.000 robots producen cada año 70.000 nuevos robots. Hace cuatro años, nuestra visita a la sede del líder mundial de la robótica industrial nos dejó fascinados. Y en nuestra segunda visita el invierno pasado a esta empresa creada en 1956 por el doctor Inaba, quedamos nuevamente sorprendidos y asombrados. 60 años y 500.000 robots más tarde, FANUC —que sigue dando empleo a 10.000 humanos en todo el mundo— se impone en el ámbito de los sistemas de automatización industrial y suministra tanto a TESLA como a LVMH (los relojes BULGARI).
FANUC, empresa japonesa con una capitalización de 34.000 millones de euros, es un símbolo de esta 4.ª revolución industrial, la de los datos, la robótica y la inteligencia artificial, que promete ser una de las más disruptivas de la historia. Incluso en los países menos amantes de los robots que Japón, la fábrica 4.0 ultraconectada y llena de datos transformará de arriba abajo la organización del trabajo y, con ello, las relaciones entre el hombre y la máquina. Habrá que aprender a lidiar con este aumento de la pujanza de la automatización (el sector de la robótica industrial registró un volumen de negocio de 16.500 millones de dólares de cifra de negocio en 2018*), aunque todavía no se ha decidido nada. Para algunos, demasiados robots matan al robot. Acordémonos de Elon Musk, quien, echando las culpas al exceso de robots del retraso en la producción de la berlina eléctrica Model 3 de TESLA, pidió a horas de empleados que le echaran un cable para hacer el trabajo.
Sin creer a ciegas en los poderes virtuosos de la tecnología puesta al servicio de la humanidad, seguimos siendo obstinadamente optimistas y, en esta revolución, vemos un ámbito de exploración lleno de oportunidades. Entre los vencedores de esta revolución 4.0 estarán las empresas que sabrán asociar las fuerzas de ambos campos, hombres y robots, dos fuentes complementarias de creación de valor. INTUITIVE SURGICAL es el ejemplo perfecto de ello. Las máquinas del líder mundial de la robótica quirúrgica están controladas por cirujanos, cuyas competencias se multiplican gracias a los módulos de inteligencia artificial y la realidad aumentada, y a los robots de alto rendimiento con cuatro brazos. Una complementariedad que garantiza un mejor servicio, reduce los tiempos de recuperación de los pacientes y permite a la institución médica que invierte en estas tecnologías resolver una ecuación presupuestaria y económica fundamental.
Al igual que en las revoluciones anteriores, la innovación destructiva abrirá nuevas perspectivas. Y, poco a poco, aprenderemos a trabajar con buena inteligencia con compañeros un poco más… artificiales.