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Luces británicas

En el Reino Unido, la inflación e incluso el mercado inmobiliario convergen hacia una mejora, pero la política sigue obstaculizando el rebote.

Gran Bretaña ha mostrado en numerosas ocasiones el camino de la resistencia después de haber rozado el hundimiento. ¿Volverá a ocurrir en 2024?

Si nos fiamos de las últimas encuestas de actividad, no hay lugar a dudas: en el mes de marzo, los tres principales indicadores de sentimiento económico —en los servicios, la producción manufacturera y la construcción— se situaron por encima de 50 por primera vez desde junio de 2022. Este umbral indica el límite entre la expansión y el descenso de la actividad. Ciertamente, ha sido por poco: aunque el índice PMI[1] de servicios se mantiene en un nivel confortable (53,1), el del sector manufacturero se sitúa en apenas 50,3 y el de la construcción en 50,2. Ello no impide que la convergencia de la señal en los tres sectores sea notable, sobre todo en comparación con la zona del euro, donde los mismos indicadores son claramente más bajos: 51,5, 46,1 y 42,4, respectivamente, lastrados sobre todo por Alemania, con un 50,1, un 41,9 e incluso un 38,3 en la construcción.

Así pues, la leve recesión sufrida durante los dos últimos trimestres de 2023 parece haber pasado, mientras que Alemania encalla y Francia revisa regularmente a la baja sus proyecciones. Sin embargo, no escasean las dificultades, precisamente. Concretamente, el país sufre desde 2022 unas huelgas de una magnitud desconocida desde hace más de diez años. En este arranque de abril, la paz social no se ha recobrado todavía, ya que empiezan nuevas huelgas de maquinistas de tren. Las reivindicaciones salariales encuentran justificación en una inflación que causa estragos desde hace dos años. Esta situación también se da en otros lugares, pero es cierto que la inflación se mantiene en cotas más elevadas que en sus principales socios. Así, permanecía todavía en el 3,4 % en febrero, mientras que ya había caído hasta el 2,6 % en la zona del euro[2].

No obstante, la inflación podría dejar pronto de forma parte de la lista de preocupaciones de los británicos. El Banco de Inglaterra pronostica que caerá por debajo del 2 % a partir del segundo trimestre de 2024. La senda hacia un descenso de esta tasa en torno al verano parece trazada, como en la zona del euro, con la única diferencia de que las divergencias entre los enfoques nacionales no afectan al Banco de Inglaterra, lo que puede dar una visibilidad adicional. El reto aquí es más fuerte que en la zona del euro, ya que la tasa de refinanciación se eleva al 5,25 %, frente al 4,50 % de la zona del euro. Razón de más para actuar.

Si bien el crecimiento, la inflación e incluso el mercado inmobiliario convergen claramente hacia una mejora, lo cierto es que el rebote seguirá viéndose obstaculizado. Concretamente, el juego político podría ser caótico. Los Conservadores llevan 14 años en el poder, una aparente estabilidad que enmascara una gran volatilidad en el gobierno, como pone de manifiesto el episodio rocambolesco del gobierno de Boris Johnson. En este sentido, los sondeos dan a los Tories pocas probabilidades de llevarse la victoria en las próximas elecciones legislativas previstas de aquí a enero de 2025, probablemente el próximo mes de octubre. El gobierno de Sunak no ha sabido granjearse el favor de los súbditos de su Majestad. Por lo tanto, podría producirse un giro a la izquierda antes de que termine el año, lo que depararía nuevas sorpresas económicas.

Hasta entonces, el Reino debería mostrar una dinámica que podría hacer palidecer a varias de las grandes repúblicas europeas. Entonces, ¿se liquidará el Brexit? Ciertamente no, máxime cuando a partir del próximo 30 de abril deberían empezar a aplicarse unos nuevos controles aduaneros a las importaciones desde Europa que ya han sido retrasados en cinco ocasiones, lo que equivaldría a nuevas tasas. En un plano más general, un estudio de Bloomberg (un medio conocido por su postura contraria al Brexit) cifraba en enero de 2023 el coste del Brexit en hasta 100.000 millones de euros anuales. Eso prueba que Gran Bretaña hace gala de resistencia: a pesar de esta carga, que la mayoría de los británicos, según los sondeos, lamenta haber asumido, sus perspectivas a medio plazo son más dinámicas que las del buque insignia alemán de la zona del euro. Long live the Kingdom!

Terminado de redactar el 05.04.2024. Por Alexis Bienvenu, gestor de fondos de La Financière de l’Echiquier (LFDE).

En pocas palabras

A trabajar. En EE. UU., la situación del empleo reflejada en las encuestas en el mes de marzo sigue siendo dinámica, pero sin evidenciar un recalentamiento capaz de inquietar a la Reserva Federal. La creación de empleo no agrícola batió ampliamente las previsiones: 303 000, frente a 214 000. La tasa de paro, con un 3,8 %, descendió un 0,1 %, mientras que la tasa de participación de la población activa subió hasta el 62,7 %, frente al 62,5 % de febrero.

Estas buenas noticias no se ven ensombrecidas por unos datos de inflación salarial descontrolados. Por el contrario, el crecimiento del salario medio por hora cayó hasta el 4,1 % interanual, su nivel más bajo desde enero de 2021. Esta cifra es ciertamente superior al promedio del ciclo 2010-2019 (2,4 %), pero este se caracterizó por una inflación muy baja.

En los detalles, la dinámica del empleo merece una matización. El empleo creado es básicamente precario. Según la encuesta realizada entre los hogares, el aumento del número de personas empleadas proviene únicamente del crecimiento de los empleos a tiempo parcial y los trabajadores a tiempo completo descendieron por cuarto mes consecutivo. Históricamente, este cambio en la estructura del mercado precede o acompaña a las recesiones. Además, el empleo público representa una porcentaje cada vez mayor de los puestos de trabajo creados y el uso de trabajadores eventuales sigue descendiendo, señal de que la búsqueda de trabajadores pierde fuerza.

En resumen, las encuestas sobre el empleo atestiguan una dinámica excelente a corto plazo, pero que encierra debilidades a medio plazo.

Alemania, contra las cuerdas. En Alemania se publicó una nueva andanada de indicadores decepcionantes. Los pedidos industriales fueron inferiores a las previsiones en febrero (+0,2 %, frente a +0,7 %). En tasa interanual, la caída se sitúa en el -10,6 %, la peor contracción desde marzo de 2023. El PMI del sector de la construcción se mantuvo claramente por debajo de 50… y volvió a caer después de un ligerísimo repunte el mes pasado (38,3 frente a 39,1).

Parece seguro que el PIB se contraerá de nuevo en el primer trimestre y las perspectivas no auguran una franca recuperación en el segundo trimestre. He ahí otra razón para que el BCE no se demore en recortar los tipos de interés.

[1] S&P Global UK PMI Index, desestacionalizado
[2] Eurostat