Olivier de Berranger

¿Navidad antes de tiempo en las bolsas?

Al término de su reunión del pasado 13 de diciembre, el banco central estadounidense ofreció a los mercados un adelanto de las fiestas. Al afirmar que la secuencia de subidas de tipos probablemente había llegado a su fin, la entidad aflojó las riendas de su política monetaria restrictiva. Con ello, la Reserva Federal (Fed) ha desencadenado un festival de luces verdes en las pantallas de los inversores.

Ante el reciente descenso de los rendimientos de los bonos, circunstancia que, de hecho, relaja las condiciones financieras, cabía esperar un discurso relativamente restrictivo por parte de la Fed por el temor a verse superada por los mercados, pero su discurso no se hizo eco de estos sombríos augurios.

Es más, el tono adoptado por el presidente Powell durante la comparecencia de prensa resultó ser notablemente expansivo e hizo hincapié en que el comité prestaba una atención especial a los riesgos inherentes al mantenimiento de unos tipos de interés elevados durante un periodo prolongado.

La actualización del denominado gráfico de puntos (las proyecciones de tipos de los miembros del comité de política monetaria) también convenció al mercado. En conjunto, el comité prevé una caída de 75 puntos básicos de los tipos de referencia en 2024 y de 175 puntos básicos hasta finales de 2025. Esto supone 25 puntos básicos por encima de las previsiones del pasado mes de septiembre.

Las proyecciones de inflación subyacente también se revisaron a la baja, hasta el 3,2 % en 2023 y hasta el 2,4 % en 2024, frente al 3,7 % y el 2,6 %, respectivamente, de septiembre. Esta evolución supera llamativamente las estimaciones de septiembre, algo que recalcó el presidente de la Fed, que ve en ello una prueba de que los esfuerzos desplegados por el banco central están dando fruto. En cuanto a las previsiones de crecimiento, estas siguieron siendo claramente positivas, aunque se revisaron levemente a la baja en 2024.

Al calor de las reconfortantes noticias de la Fed, los inversores esperaban un pronunciamiento similar por parte del Banco Central Europeo, que se reunió al día siguiente. Sin embargo, el tono del discurso europeo fue muchos menos expansivo. A pesar de que las previsiones de crecimiento están menguando (0,8 % previsto en 2024, frente al 1 % de septiembre), que Alemania bordea la recesión y acentúa su rigor presupuestario y que las previsiones de inflación también se revisaron a la baja, la presidenta del BCE afirmó que el comité no había debatido en ningún momento el recorte de los tipos de interés.

La Fed, por el contrario, ya apunta a una serie de recortes de tipos en 2024. ¿Por qué no se atreve el BCE?

Lo cierto es que el empleo y, por ende, el crecimiento, no forman parte del mandato del BCE, a diferencia de la Fed. Por lo tanto, la necesidad de reaccionar ante la actividad económica es menor. Sin embargo, si durante los próximos meses se hiciera evidente que Europa ha tardado demasiado en relajar las condiciones monetarias, estaríamos, a nuestro juicio, ante un grave error de política monetaria. El diferencial de crecimiento con EE. UU. se ampliaría y esta perspectiva amenazaría con amargar el aperitivo navideño que está degustándose al otro lado del Atlántico.

 

Terminado de redactar el 15.12.2023. Por Olivier de Berranger, director de operaciones y director de inversiones de La Financière de l’Echiquier

 

 

En pocas palabras

Una subida de tipos heladora. El banco central noruego subió su tipo de referencia 25 puntos básicos, hasta el 4,5 %. En un momento en el que la mayoría de los bancos centrales mundiales opta por no tocar los tipos, el Norges Bank tomó esta medida con el objetivo de contener la inflación. El noviembre, la inflación se situó en el 5,8 %, por debajo del 6 % registrado en octubre, lo que sigue siendo muy superior al objetivo a medio plazo del 2,0 % de la entidad. Japón también podría subir tipos durante las próximas reuniones de su banco central.

La actividad económica se congela. El PMI compuesto de la zona del euro, que engloba el sector manufacturero y el de servicios, quedó fijado en 47, una lectura inferior al 48 previsto y a la lectura de noviembre, que fue de 47,6 puntos. La actividad en Francia y en Alemania también registró una contracción. Sin embargo, el deterioro del sector manufacturero alemán fue ligeramente menos acusado. Las cifras de este último mejoran las de noviembre, aunque son claramente inferiores al umbral de 50 que marca la división entre la expansión y la contracción económica.