Perspectivas para 2016

El potencial de las acciones europeas sigue intacto

  


En un universo de tipos de interés bajos adverso para el crédito y los bonos soberanos, seguimos siendo positivos en la renta variable

El buen comportamiento de la renta variable europea seguirá siendo relevante en el año 2016 con sólidos factores de apoyo en la zona euro

En un entorno volátil, solo la selección permitirá capturar las mejores oportunidades de inversión


 

 

En general, se espera que la actual volatilidad continúe durante los próximos meses. Esto se debe, en parte, a la configuración inédita de las políticas monetaria de EEUU y Europa. Por un lado, parece que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) está a punto de comenzar una fase de ajuste, mientras que por el otro lado, el Banco Central Europeo (BCE) sigue con su política de flexibilización cuantitativa. Esta divergencia se refleja ya en una descorrelación de los tipos americanos y europeos a 10 años.

 

En EEUU, el aumento gradual de los tipos de interés después de una larga espera se debe hacer a un ritmo moderado. Como recuerda el ejemplo de 2004, una subida de tipos no significa necesariamente un bajo rendimiento del mercado de acciones. A pesar de los signos de debilidad en el sector industrial, el entorno macroeconómico de Estados Unidos es sólido y está respaldado por una buena trayectoria de las cifras de empleo. Recordemos que Estados Unidos representa el 16% del PIB mundial. El crecimiento del PIB es tranquilizador (+ 3,88% y + 2,69%, respectivamente en el segundo y tercer trimestres de 2015) y la dinámica es positiva para las empresas, sobre todo en el sector servicios. El volumen de fusiones y adquisiciones y los niveles de pago de dividendos y compras de activos han vuelto a alcanzar sus máximos históricos. La recuperación está, sin embargo, muy avanzada: el crecimiento del beneficio por acción de las empresas está estancado y recordemos que la evolución del mercado de valores es siempre más débil en la fase final de recuperación del ciclo. 

 

En Europa, sin embargo, el potencial de recuperación de los mercados de acciones sigue intacto, sobre todo en la zona del euro. El aumento en los beneficios por acción está más rezagado en relación a Estados Unidos y las valoraciones siguen siendo razonables: el ratio precio / beneficio (PER) medio ajustado al ciclo era de 12,2 en la zona euro frente al 22,4 del otro lado del Atlántico a 30 de octubre, de 2015. El entorno macroeconómico sigue mejorando, impulsado por el crecimiento del consumo y la recuperación de la inversión en vivienda. Al igual que en 2015, la política de flexibilización cuantitativa del BCE, los bajos precios del petróleo y el euro son sólidos factores de apoyo, sobre todo porque el mercado aún espera un crecimiento de los beneficios de dos cifras. Las oportunidades se encuentran en sectores que actualmente disfrutan de un ciclo de recuperación, como es el caso de la construcción.

 

En cuanto a las economías emergentes, es necesario mantener la cautela. Los mercados de renta variable han tenido una peor evolución en los últimos años y las valoraciones siguen siendo muy inferiores a los de los países desarrollados (PER de 12,4 para el MSCI Emergentes frente al 16,9 del MSCI de los países desarrollados), pero las perspectivas siguen siendo inciertas y la recuperación aún no se ha materializado. Un dato alentador: los mensajes tranquilizadores que lanza el Gobierno chino, que alejan el fantasma de un “aterrizaje forzoso” y afirman el deseo de mantener el crecimiento del país, por encima del 6,5%. Si las noticias procedentes de China mejorasen, sería una señal muy positiva para el ciclo global, en particular para  los principales nombres exportadores europeos que serían los primeros en beneficiarse.

 


En este contexto, nuestras recomendaciones de asignación sobreponderan la renta variable europea.

– Nos centramos en los valores de la zona euro, cuyo entorno es especialmente favorable.

– Mantenemos nuestra exposición al mercado de Estados Unidos, que hasta ahora nos ha permitido capturar el alza del dólar, pero deberíamos reducir gradualmente nuestras posiciones durante el año.

– Nuestras carteras de bonos siguen siendo en general muy cautas en relación con la deuda soberana en previsión de futuras subidas de tipos por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, somos positivos con la deuda de algunos países periféricos.

– Respecto al crédito corporativo, nos posicionamos en empresas europeas de alto rendimiento y con un bajo nivel de endeudamiento

 


 

 

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