Rolando Grandi

¿El sector tecnológico puede contribuir a contener la inflación?

 

La inflación permanecerá en 2022. En este contexto, ¿se verán especialmente impactados los valores del sector tecnológico? ¿Su capacidad de aumentar los precios sin reducir la demanda (su fijación de precios) será un baluarte? ¿Un vector de rentabilidad? En La Financière de l’Echiquier seguimos convencidos del potencial de los sectores expuestos a la Inteligencia artificial (IA) o a la automatización, por ejemplo, y confiamos en la capacidad de innovación de las empresas. En un mundo que se digitaliza de manera irreversible, la demanda sigue siendo fuerte.

 

La inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías inteligentes, que reinventan el perfil de la economía, traen consigo soluciones y pueden ayudar a abordar los desafíos mundiales. Uno de estos retos es la búsqueda de productividad ante la inmediata escasez de mano de obra, hasta en China. ¿Qué impacto tendrá esta escasez sobre la producción de las fábricas mientras las cadenas de suministro están desorganizadas, e incluso bloqueadas, por la falta de materias primas y avivan las tensiones inflacionistas?

Una de las soluciones es la automatización, que se perfila como la gran baza de la digitalización de las empresas. La automatización y la robótica permitirán incrementar la productividad, pero también suavizar o asimilar la inflación salarial. Según McKinsey, de aquí a 2030 el 60 % de las empresas a nivel mundial podrán automatizar al menos el 30 % de sus actividades (800 millones de trabajadores)[1]. Las mejoras de la productividad que derivan de ello aportan un 1,4 % anual a la economía mundial. Esto es aún más relevante en un mundo digitalizado donde invertir no es tan importante, con la excepción de las energías renovables y la transición climática, que consumen mucho capital. Al mismo tiempo que las empresas redoblan sus esfuerzos con el fin de aumentar sus plantillas y contratar personal, a menudo a costa de aumentos salariales de hasta un 20 %, paralelamente ponen en marcha estrategias para incrementar la productividad de los empleados y de los procesos de trabajo. Es el caso de la empresa estadounidense ZOOMINFO, cuyo software automatiza los esfuerzos de venta y marketing de sus empleados. Esta plataforma de inteligencia artificial permite actualizar de manera dinámica la información de los clientes, planificar cuándo ponerse en contacto con ellos, automatizar los recordatorios y mucho más. De este modo, los equipos comerciales pueden emplear más tiempo en las actividades estratégicas. La solución de ALTERYX también es interesante. Los ingenieros de datos, cuya inflación salarial es muy alta, pasan la mitad de su tiempo depurando y preparando los datos antes de introducirlos en los modelos de análisis. La potente plataforma de ALTERYX permite depurar estos datos y ahorrarles tiempo a los ingenieros, que de esta forma pueden dedicarse a actividades de mayor valor añadido y provechosas.

Por último, en el contexto actual en el que las nuevas contrataciones son más escasas y en el que los empleados dejan sus empresas más fácilmente, destacamos el desarrollo de la empresa QUALTRICS[2], cuyo software permite proporcionar a los empleados una mejor experiencia laboral, lo que mejora su satisfacción, pero también su formación y su productividad.

En nuestra opinión, en un mundo en el que la inflación vuelve a aparecer, la tecnología podría resultar una herramienta indispensable para las empresas: la transformación digital de la economía les permite aumentar la competitividad, optimizar los gastos, ser más productivas y, por consiguiente, asegurar su futuro crecimiento y consolidar su liderazgo. Por lo tanto, creemos que las perspectivas son alentadoras para el sector tecnológico, cuyos productos y servicios siguen multiplicándose dentro de nuestra economía y cuyo potencial de innovación es… ilimitado.

 

 

[1] McKinsey, Future of work, junio de 2020
[2] Los valores se mencionan con fines ilustrativos y su presencia en nuestras carteras no está garantizada