El Sr. Demasiado Tarde contra TACO
La última reunión de la Fed dio lugar a un nuevo enfrentamiento entre el presidente estadounidense, al que recientemente se le ha asociado el apodo TACO, por Trump Always Chicken Out[1], y el presidente de la Fed, rebautizado por Trump con el nombre de «Mr. Too Late», por su supuesta incapacidad para recortar los tipos rápidamente. La pugna entre los dos hombres más poderosos de EE. UU. está tomando poco a poco el cariz de un combate de lucha libre.
A un lado del cuadrilátero, encontramos a un Donald Trump que, con una táctica de ir al ataque, no deja de lanzar llaves espectaculares. Así, durante una entrevista concedida en los jardines de la Casa Blanca el pasado 18 de junio, volvió a tildar a Jerome Powell de «tonto», reprochándole la inacción de la Fed y emplazándole a bajar inmediatamente los tipos al menos un 1 % y hasta el 2,5 % con el fin de aligerar la carga de intereses de la deuda estadounidense. Llegó incluso a plantear abiertamente la cuestión de si se podría postular personalmente para presidir la Fed, dado que el final del mandato de J. Powell está previsto en mayo de 2026.
Al otro lado del cuadrilátero, Jerome Powell adopta una estrategia defensiva y se abstiene de comentar los aspavientos de Trump. Feroz guardián de la independencia de la institución que preside, está abonado al arte de esquivar los repetidos embates de su adversario, pero tiene los días contados, ya que su mandato termina en menos de un año.
La perspectiva del nombramiento de un nuevo presidente de la Reserva Federal abre la puerta a las conjeturas. Las webs de apuestas de EE. UU. ya dan una idea de algunos pretendientes creíbles y Kevin Warsh, antiguo miembro de la Fed, se sitúa como favorito por el momento. Su nombre ya estuvo en las quinielas en 2017, pero Trump eligió finalmente a Jerome Powell. Conocido halcón, es decir, alineado con los postulados restrictivos dentro del tablero de los gobernadores, abandonó la Fed dando un portazo en un contexto de hostilidad ante la magnitud de las compras de activos.
Por el momento, el mercado de renta fija descuenta un movimiento progresivo y lineal con alrededor de cuatro recortes del 0,25 % a lo largo de un año, pero lo más probable es que la transición a la cabeza de la institución marque una ruptura. En primer lugar, en lo que respecta a la independencia de la Fed frente al poder ejecutivo. Después, en lo que respecta a la trayectoria de unos tipos que podrían, al menos en parte, seguir los dictados de la Casa Blanca. Está por ver cómo reaccionarán los mercados financieros ante semejante situación. ¿Se sentirán aliviados si la política monetaria pasara a ser radicalmente expansiva en el verano de 2026 o, por el contrario, se alejarán un poco más de los activos estadounidenses ante la pérdida de independencia?
Hasta entonces, como en cualquier combate de lucha libre bien guionizado, los giros espectaculares podrían ser numerosos.