Vuelve el año del dragón
Por Alexis Bienvenu, gestor de fondos de La Financière de l’Échiquier (LFDE) | Octubre 2024
Una civilización de cuatro mil años de antigüedad puede permitirse el lujo de darse tiempo para aumentar su poder. China, que desde su reapertura económica tras la crisis del COVID se enfrentaba a un crecimiento lento, una profunda crisis inmobiliaria y una falta de confianza de los consumidores, estaba hundiéndose en un marasmo económico y bursátil cuando, de repente, en el bien llamado Año del Dragón, ha puesto toda la carne en el asador. A finales de septiembre y por espacio de tres días, estratégicamente justo antes de la tradicional Semana Dorada china que celebra la fundación del régimen comunista, las autoridades anunciaron un paquete de medidas de apoyo a la economía. Estas desencadenaron un ascenso vertiginoso de casi el 25 % en una semana en las bolsas locales, lo que benefició de pleno a las estrategias de renta variable china, como las gestionadas por La Financière de l’Échiquier (LFDE), que de la noche a la mañana volvieron a suscitar atención. La llamarada se extendió a los mercados occidentales, donde algunos valores vinculados a la economía china tuvieron un comportamiento estelar.
No se puede negar que se trata de un plan potente, a diferencia de las medidas con cuentagotas de los dos últimos años, ya que no es únicamente monetario. Tiene cinco vertientes con aspectos que se refuerzan mutuamente: monetaria, bancaria, inmobiliaria, presupuestaria y financiera. Incluso un régimen comunista tiene el deber de mimar la bolsa, herramienta esencial del poder económico.
Además, este plan muestra un mayor grado de madurez que las anteriores medidas de rescate, sobre todo en comparación con el gigantesco paquete de noviembre de 2008, que se centraba principalmente en la construcción de infraestructuras. La inflación que siguió, y la burbuja inmobiliaria que encontró ahí un catalizador, provocaron desequilibrios, algunos de los cuales —en particular, los excesos inmobiliarios— están en el origen de las dificultades actuales.
Para poder dar este volantazo, China ha necesitado la ayuda involuntaria de sus competidores. Concretamente, de EE. UU., que le ha permitido hacer dos cosas. Por un lado, al lanzar una guerra arancelaria bajo la presidencia de Trump, han obligado a China a revisar sus prioridades económicas. De hecho, con las exportaciones parcialmente limitadas, al igual que algunas de sus importaciones estratégicas, como los componentes electrónicos más avanzados, China ya no podía confiar simplemente en el desarrollo de sus exportaciones para enriquecerse. Este hecho hacía aún más urgente impulsar el consumo interno, un aspecto que el plan anunciado aborda de lleno. Por otra parte, los anuncios de relajación monetaria de la Reserva Federal estadounidense (Fed) el 18 de septiembre han permitido a China recortar sus tipos de interés de referencia sin arriesgarse a debilitar excesivamente su moneda frente al dólar, que acabará perdiendo el apoyo que le proporcionan los elevados tipos de interés estadounidenses. Por ello, quizá no sea una coincidencia que los anuncios chinos se produjeran varios días después de la reunión de la Reserva Federal, y no antes.
Como paciente observador de los cambios occidentales, China ha extraído lecciones de los altibajos económicos de sus competidores-clientes. A cambio de aplicar este aprendizaje, estará prestando ayuda —aunque sea involuntariamente— a una parte de la economía occidental, especialmente la europea, que depende de su buena salud. No obstante, si quiere ascender otro peldaño entre las naciones, a pesar de la competencia de la India y el apetito de EE. UU., debe aplicar rápidamente nuevas reformas, sobre todo para hacer frente a su declive demográfico. Solo entonces el Año del Dragón de Madera podrá iniciar la década que conducirá al Año del Dragón de Fuego, en 2036, y al gran hito que representa el centenario de la República Popular China, en 2049. A la vista del ejemplo actual, no parece que el dragón vaya a dejar de escupir fuego, o de arrojar agua curativa, como es costumbre local.
Las opiniones expresadas representan las convicciones del autor. En ningún caso darán lugar a responsabilidades por parte de LFDE. Los valores y sectores se mencionan a título ilustrativo. Su presencia en las carteras no está garantizada. Terminado de redactar el 04.10.2024.