Olivier de Berranger

Para que el apocalipsis climático no nos alcance...

En el libro ¡Hagan sitio!, ¡hagan sitio! publicado en 1966, H. Harrison describe un mundo superpoblado donde los océanos perecen y la fauna y la flora se extinguen como consecuencia de la industrialización. El efecto invernadero y el aumento de la temperatura dejan un mundo desprovisto de recursos, donde la contaminación y la pobreza se convierten en la norma. Una casta controla la producción de alimentos sintéticos basados en plancton y está dispuesta a todo para conservar el poder. La historia se desarrolla en 2022 en Nueva York, megalópolis de 44 millones de habitantes.

En los libros de ficción climática, tras el desbocamiento del recalentamiento climático, solo una reducida élite mundial logra sobrevivir dentro burbujas que recrean ecosistemas artificiales paradisíacos. La «cli fi», o la ficción climática en español, se adelanta a los extraños proyectos lanzados y en avanzada fase como Crystal Island en Moscú, Arcosanti en Arizona o Masdar City en Abu Dabi, cuidad-laboratorio del desierto que experimenta soluciones verdes. Ahora bien, no faltan soluciones para luchar contra el cambio climático y salvar el planeta.

La COP 21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) marca un punto de inflexión con la voluntad política de evitar el escenario apocalíptico descrito por la ciencia ficción. Los organismos internacionales y los jefes de Estado reajustan los planes climáticos mundiales. Así pues, el Parlamento Europeo decidió en octubre, en el marco de la Ley Europea del Clima, reducir un 60% las emisiones de CO2 con el fin de cumplir los compromisos asumidos por la UE en virtud del Acuerdo de París.

Estamos convencidos de que el universo financiero puede desempeñar una función decisiva en la orientación del capital hacia una economía de bajas emisiones de carbono, con el fin de acelerar la transición energética y ecológica. Las iniciativas se multiplican, como el Observatorio de las Finanzas Sostenibles1 o la Climate Action 100+, una coalición de inversores que promueven compromisos de colaboración con los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, con el objeto de fomentar mejores prácticas de gobernanza climática y la reducción de las emisiones.

Por nuestra parte, y con el fin de aportar nuestro grano de arena en la lucha contra el cambio climático, deseamos comenzar una etapa ambiciosa. En efecto, hemos desarrollado junto con un experto independiente una metodología evolutiva «Maturité Climat». Esta metodología, que gira en torno a la gobernanza climática, el compromiso climático y la transición justa, permite evaluar la trayectoria, medir el impacto climático y el esfuerzo de transición de las empresas. Este método exclusivo sirve de base para nuestra nueva estrategia de inversión de impacto climático, que permitirá la inversión en acciones cotizadas responsables de empresas implicadas en la transición climática. El objetivo de esta estrategia consiste en armonizar la temperatura de la cartera con la del Acuerdo de París, mediante una selección de sociedades pioneras, en transición o que aportan soluciones para los desafíos climáticos.

Lanzado con ocasión del Climate Finance Day a finales de octubre.