El metaverso o el lugar donde todo es posible
Rolando Grandi, analista financiero certificado (CFA) y gestor del Echiquier Artificial Intelligence
En el universo paralelo ultraconectado del metaverso, millones de personas asisten a un concierto, actores del sector de la gran distribución o estrellas de fútbol compran terrenos digitales y las marcas se apresuran a entrar. Carrefour, PwC o incluso JP Morgan también se han adentrado recientemente en el metaverso, el Internet del futuro…
El metaverso, una cuestión económica y social cuyo desarrollo se ve facilitado por los progresos tecnológicos como la potencia de cálculo, los dispositivos de inmersión o la blockchain, despierta entusiasmo y abre la puerta a perspectivas insólitas. Hay mucho en juego. El sector podría generar 800.000 millones de dólares desde 2024 y más de 2,5 billones de aquí a 2030[1].
Una industria emergente
El metaverso es un mundo virtual alternativo imaginado en 1992 por N. Stephenson en Snow Crash. Aunque sea distópico en esta novela de culto de Silicon Valley, hoy abre la puerta a oportunidades muy reales gracias al progreso de la inteligencia artificial (IA) y a los gigantes de la tecnología que se embarcan en esta próxima revolución. A principios de 2022, MICROSOFT adquiría el gigante de los videojuegos Activision Blizzard por 68.000 millones de dólares, convirtiéndose así en el tercer actor más importante del sector de la creación de universos en 3D, piedra angular del metaverso. UNITY Technologies ha adquirido Weta Digital, el estudio de efectos especiales responsable de películas como Avatar o El señor de los Anillos, y ha ampliado de este modo su gama de tecnologías inmersivas 3D y su competitividad.
Una posible revolución
Aunque los videojuegos son los pioneros del metaverso, este despierta el entusiasmo de todos los sectores, desde la educación hasta los seguros y desde la sanidad hasta la cultura. Se trata de una nueva dimensión que es posible gracias a la unión del Internet de los objetos (IoT), la inteligencia artificial y la realidad mixta. El metaverso empresarial permite crear gemelos digitales de lugares u objetos del mundo real, lo que da lugar a infinidad de posibilidades. MICROSOFT[2] se ha colocado en vanguardia con el lanzamiento de Mesh, una plataforma colaborativa de realidad mixta (combinación de realidad aumentada y realidad virtual) que redefinirá nuestras reuniones (¡con nuestros avatares personalizados!) y las transformará en experiencias holográficas colaborativas. Boston Consulting Group ha anunciado la creación de una sede en el metaverso con el fin de organizar allí conferencias, contrataciones de personal y actividades para fomentar el espíritu de equipo…
Metamorfosis de los usos industriales
BMW se ha asociado con NVIDIA con el fin de crear un gemelo digital de su fábrica alemana de Regensburg. En esta réplica virtual, los algoritmos de aprendizaje profundo simulan robots efectuando las maniobras más complejas con el fin de encontrar el proceso de producción más eficaz; el objetivo es planificar las operaciones en la copia digital para prever los fallos e implantar los cambios en tiempo real en la fábrica física. Cada fábrica, cada edificio y cada ciudad podrá tener su gemelo digital algún día… BENTLEY SYSTEMS trabaja con las oficinas de urbanismo de todo el mundo para desarrollar la infraestructura física y digital del futuro, con la ayuda de DIGITAL TWINS, cuyos gemelos digitales permiten optimizar la gestión de las ciudades inteligentes del mañana. La ciudad de Seúl también ha invertido 2.800 millones de euros en un ambicioso plan para convertirse en «una ciudad de coexistencia, de seguridad y de emoción y un líder mundial» del metaverso.
¿Y después? Las promesas del metaverso parecen infinitas y podrían prefigurar una nueva era apasionante y creadora de valor.