Rolando Grandi

Constelaciones de satélites... al servicio del clima

Rolando Grandi, analista financiero certificado (CFA) y gestor del Echiquier Space

 

Ver la Tierra desde el cielo siempre ha fascinado al ser humano. Desde los primeros intentos de los hermanos Montgolfier en 1783, la observación de la Tierra está experimentando una revolución con el desarrollo de cientos de constelaciones de satélites. El sector, que está en plena efervescencia, ofrece oportunidades inéditas para mejorar la vida en la Tierra desde el espacio.

La industria de la observación de la Tierra, útil en todos los sectores, desde la comunicación hasta la salud pasando por la agricultura y los seguros, se calcula que crecerá a un ritmo del 8,5 % anual[1] de aquí a 2025 y puede contribuir a abordar grandes desafíos mundiales. ¿Los más importantes? El seguimiento del cambio climático y la protección de la biodiversidad.

Una industria en órbita

La industria de la observación de la Tierra, que se encuentra en constante cambio, se ha reinventado con la miniaturización de los satélites y el aprovechamiento de las órbitas cercanas al planeta (500 km, frente a los 35 000 km de los satélites tradicionales), que reducen los costes de envío al espacio, y con la utilización de la inteligencia artificial, que permite llevar a cabo un análisis profundo y detallado de cualquier cambio observado. Los datos espaciales, que son fiables y precisos y se transmiten en tiempo real, se han convertido en información esencial de alto valor añadido. De acuerdo con Euroconsult[2], el mercado de satélites de observación de la Tierra podría crecer un 16 % de aquí a 2030.

La empresa líder estadounidense PLANET[3] dispone de una de las mayores constelaciones en órbita baja gracias a una flota de más de 200 nanosatélites. Esta compañía, fundada en 2010 por tres exempleados de la NASA, acaba de presentar su nueva constelación de satélites de alta resolución, Pelican, capaces de dar la vuelta a la Tierra hasta 30 veces al día. Estos 32 satélites, cuyo lanzamiento está previsto para 2023, están destinados a controlar la evolución de las catástrofes naturales y del cambio climático y, además, serán capaces de abandonar la órbita al final de su vida útil. Como proveedor, principalmente de la NASA, MAXAR posee una especialización en imágenes de muy alta resolución que nos parece única. La empresa anunció el lanzamiento de sus satélites WorldView Legion a partir del verano de 2022; estos ingenios pesan 2.500 kg y pueden dar la vuelta a la Tierra 15 veces al día. La mejora constante de las resoluciones ópticas y temporales de estos satélites permite supervisar la Tierra en tiempo real y, sobre todo, hacer un seguimiento del cambio climático.

Al servicio del clima

De hecho, los datos espaciales pueden ser una herramienta muy útil al servicio del clima. Un total de 26 de los 50 indicadores de seguimiento del cambio climático identificados por la ONU se obtienen actualmente gracias a las imágenes por satélite. La constelación de 110 satélites de la compañía estadounidense SPIRE puede crear perfiles 3D de la temperatura, la presión y la humedad atmosféricas más de 10 000 veces al día, lo que permite prever ciertas condiciones meteorológicas (una información útil para los agricultores, por ejemplo). Los aproximadamente tres millones de imágenes de la Tierra que PLANET toma cada día proporcionan información muy valiosa a sus clientes, ya sea la Comisión Europea para proteger la biodiversidad, la asociación Amazon Conservation para cartografiar los daños forestales en el Amazonas o incluso EOMAP, una empresa especializada en la protección de entornos acuáticos con sede en Alemania. Consideramos que esta industria en pleno auge será también un valioso aliado en la protección de la biodiversidad marina, un reto de primera magnitud vinculado al cambio climático.

Observar la Tierra para protegerla mejor es una cuestión crucial y la valorización de los datos satelitales se ha convertido en un gran reto económico y científico. Esta nueva industria en plena efervescencia, cuyo potencial creemos que aún está por explotar, tendrá un indudable impacto en nuestro futuro.

 

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[1] Business Wire.
[2] 2022.
[3] Los valores citados se mencionan a título ilustrativo. No está garantizada ni su presencia en la cartera del fondo ni su rentabilidad.