Repaso a Echiquier QME
El Echiquier QME, fondo UCITS de rentabilidad absoluta, utiliza modelos cuantitativos en el marco de su gestión. El fondo, que en noviembre celebrará su séptimo aniversario, invierte al alza y a la baja en los índices de renta variable, la deuda pública, las divisas y las materias primas.
Estrategias
El fondo emplea dos bloques de estrategias complementarias. El primero, que supone dos tercios de la asignación de activos, está formado por estrategias de «momentum», que tienen como objetivo capturar las tendencias a medio y largo plazo en todas las clases de activos. Estas tendencias, que se desencadenan regularmente por diversas razones (fundamentales, conductuales, etc.), generan la mayor parte de la rentabilidad a largo plazo del fondo. No obstante, hay periodos durante los cuales los modelos de «momentum» experimentan dificultades, por ejemplo, durante fases de cambio en los mercados o de ausencia de tendencias. Para limitar el impacto negativo de estos periodos, el fondo dispone de un segundo bloque de estrategias, denominadas «satélites». Estas estrategias permiten explotar otras fuentes potenciales de rentabilidad, como los fenómenos de retorno a la media, por ejemplo. Este segundo bloque representa el tercio restante de la asignación de activos.
En el plano de los subyacentes, el año 2022 se caracteriza por la creación de una cartera de inversiones en materias primas que supondrá de media un 40 % del presupuesto de riesgo del fondo. Esta nueva clase de activos proporcionará un potencial de diversificación especialmente valioso en la cartera, sobre todo en el contexto del retorno de la inflación.
Posicionamiento
Durante el primer semestre, los productos de tipos de interés fueron principalmente los que generaron rentabilidad, ya que se beneficiaron de las fuertes tendencias alcistas de los rendimientos de los bonos en todas las regiones. Del mismo modo, la dinámica a medio plazo del dólar favoreció considerablemente a nuestra cartera de divisas. Por el contrario, la contribución de los índices de renta variable fue negativa, puesto que se vio afectada por una relación señal/ruido desfavorable a principios de año.
Al final del semestre, el posicionamiento de la cartera estaba relativamente equilibrado, aunque con un predominio de las posiciones bajistas en los índices de renta variable, y con una beta de aproximadamente el -30 %. Si bien todas las zonas geográficas se vieron afectadas, el modelo es especialmente pesimista en los mercados emergentes.
La exposición bajista a los productos de tipos de interés disminuyó al final del semestre, pero sigue siendo importante en el conjunto de los mercados cubiertos.
En cuanto a las divisas, la posición alcista en el dólar frente al resto de monedas de las economías desarrolladas mantuvo su predominio, aunque las posiciones en las divisas emergentes (peso mexicano, real brasileño, etc.) proporcionan diversificación dentro de esta clase de activos.
El fondo, que se caracteriza por un posicionamiento defensivo, siguió cumpliendo su función como estrategia sin correlación en un entorno de agitación. Su funcionamiento adaptativo le permitirá capturar las próximas tendencias, ya sean alcistas o bajistas. Seguimos creyendo que una asignación a esta estrategia es especialmente eficaz en el marco de una cartera diversificada.