Olivier de Berranger

La gran renuncia

En EE. UU., un fenómeno inédito está afectando al mercado laboral en un movimiento que ya tiene sobrenombre: la gran renuncia. Con él se describe la nueva propensión de los asalariados a cambiar de trabajo o, simplemente, a abandonar el mercado laboral. La COVID y el confinamiento han hecho que muchos estadounidenses se cuestionen su forma de vida. La magnitud de esta oleada de renuncias se cifra en 20 millones de personas desde la pasada primavera.

Si en 2010 el flujo de dimisiones al otro lado del Atlántico no superaba los dos millones al mes, actualmente ronda los 4,5 millones1. No sorprende constatar que son los sectores peor pagados y con jornadas más largas los que sufren mayores sangrías; así, el transporte, la restauración o la hostelería baten récords. Cerca del 7 % de los trabajadores del sector de la restauración ha dejado su empleo en septiembre, último mes del que se conocen datos2.

De este modo, la fortaleza de la recuperación está dejando numerosos puestos sin cubrir, lo que obliga a los empresarios a subir los salarios para atraer a nuevos candidatos. Así, las subidas salariales más fuertes en EE. UU. se han producido en el cuartil de las retribuciones más bajas.

Pese a que el salario federal mínimo es de 7,25 dólares la hora y el presidente Biden ha prometido elevarlo hasta 15 dólares en todos los sectores en 2025, las empresas ya han hecho suya esta propuesta: las tiendas Target, la cadena de restaurantes Chipotle o las farmacias CVS han superado ya el umbral de los 15 dólares. Amazon está ofreciendo entre 18 y 21 dólares a sus nuevos empleados, tanto a los 150 000 trabajadores temporales contratados para las Navidades como a los empleados con contrato indefinido.

La fortaleza de los mercados financieros, catapultados por la recuperación económica y unos estímulos monetarios y presupuestarios sin precedentes, podría incluso haber abierto las puertas de la jubilación a un mayor número de empleados. La Fed de San Luis calcula en un estudio reciente3 que el aumento de las jubilaciones es notorio desde la pandemia. Mientras que los modelos preveían una proporción de jubilados en torno al 18 % de la población estadounidense en 2021, este porcentaje alcanzó el 19,3 % en agosto, muy por encima del 15,5 % que constituía la norma entre 1995 y 2008. Tenemos, pues, una desviación de 2,4 millones de jubilados «imprevistos».

Aunque el fenómeno se propaga hasta en China, la situación es diferente en Europa, donde el retorno al mercado laboral es masivo y numerosos países registran tasas de empleo inhabituales. En Francia, por ejemplo, el empleo entre las personas de 15 a 64 años superó el 67 % en el tercer trimestre de 2021, su nivel más alto desde 19754 y un buen augurio para la tasa de desempleo del país.

Sin embargo, la dinámica podría cambiar. Un estudio releva que el 36 % de los europeos estaría dispuesto a obtener ingresos de las plataformas de comercio electrónico, creación de contenidos o negociación de valores. Eso podría incitar a las jóvenes generaciones, con los millenials a la cabeza, a alejarse del trabajo por cuenta ajena y de las Hard Day’s nights que cantaban los Beatles. ¿Para crear nuevas modalidades híbridas de trabajo? El futuro lo dirá.

Entretanto, aunque estos movimientos distan de estar estabilizados y, sin duda, son transitorios en parte, los inversores harían bien en interesarse por dos tipos de empresas: las que pueden aumentar sus precios para conservar sus márgenes en un contexto de aumento de los salarios y las que se benefician de un poder real de retención y atracción del talento.

 

1. Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., Quit levels and rates by industry
2. Íd.
3. The COVID Retirement Boom, noviembre de 2021
4. INSEE, estudio n° 295, 19.11.2021
5. What if… The « Great Resignation » doesn’t end?, Morgan Stanley, 2021