Elecciones estadounidenses 2024: ¿Escogemos a los mismos y empezamos de nuevo?
A menos de un año de los comicios presidenciales, la partida ha comenzado. Aunque los candidatos están designados, el resultado de la votación y el tono de la campaña siguen rodeados de incertidumbre.
En el bando demócrata, la candidatura del presidente saliente está clara. Joe Biden, que soplará 81 velas el próximo 20 de noviembre, ha presentado su candidatura. Si consiguiera la victoria y llegara al final de su segundo mandato, dejaría la Casa Blanca a la edad de 86 años. ¡Un nuevo récord!
En el bando republicano, donde está desarrollándose actualmente la campaña de las primarias, Donald Trump se perfila como claro favorito. Los numerosos procesos penales o civiles que debe hacer frente el magnate no están frenando su carrera hacia la Casa Blanca. Con una intención de voto superior al 55 % entre los simpatizantes del «Viejo Gran Partido»[1], es decir, un 40 % más que el más popular de sus competidores, se perfila un remake del duelo de 2020. Y la pugna se presenta reñida, toda vez que, según un sondeo de la CNN sobre intención de voto, en caso de enfrentamiento en 2024 Trump superaría actualmente a Biden con un 49 % de los sufragios, frente al 45 % del actual inquilino de la Casa Blanca.
Una cosa es segura: el próximo presidente deberá lidiar con un contexto económico muy diferente al de los dos mandatos anteriores. Exceptuando el paréntesis de 2020 y la recesión provocada por el COVID, las dos últimas presidencias han disfrutado de un crecimiento económico sólido, tipos de interés especialmente bajos y una situación de prácticamente pleno empleo. El precio a pagar ha sido un déficit elevado, cercano al 7 % de media durante los dos ejercicios y, en este sentido, la deuda de la administración pública estadounidense debería rondar el 125 % del PIB a finales de 2024, según el FMI. Aunque la Reserva Federal de EE. UU. recortara varias veces sus tipos hasta entonces, como prevén el consenso de los economistas y los mercados de renta fija, el coste del endeudamiento adicional amenaza con obligar al futuro y feliz elegido a aplicar cierto rigor presupuestario, ya se trate de Donald Trump, cuyo programa de 2024 concede una gran importancia a nuevos recortes de impuestos, o de Joe Biden, cuyo primer mandato ha estado jalonado de fastuosos programas de gasto público.
En un contexto internacional tensionado con perspectivas económicas sombrías, y en un momento en el que el Tío Sam se ha involucrado indirectamente en dos guerras, el consenso económico y la Fed de Nueva York cifran en un 55 % el riesgo de recesión durante los próximos 12 meses. El riesgo político se cuela, por tanto, en la agenda de los mercados financieros. En 2024, los inversores bursátiles deberán lidiar con un ingrediente adicional: la volatilidad.
Terminado de redactar el 10.11.2023. Por Clément Inbona, gestor de fondos.
En pocas palabras
El empleo estadounidense emite señales de debilidad. Después de que el informe del mercado laboral de la semana pasada fuera claramente negativo, las solicitudes semanales de subsidio de desempleo estuvieron en la misma línea. Aunque la cifra de nuevos parados se mantuvo estable (217.000), el número total sigue aumentando y coquetea con los máximos de los últimos años. Dicho de otro modo: los nuevos parados cada vez pasan más tiempo desempleados, lo que suma un nuevo indicio de que la marea está cambiando en el mercado laboral estadounidense.
Powell y el jarro de agua fría. Diez días después de la reunión de la Fed, un buen número de gobernadores se expresaron públicamente para dar su opinión o más detalles sobre la postura del banco central, pero si hubo uno que se desmarcó, fue el actual presidente Jerome Powell. Al declarar que la entidad «se ha comprometido a alcanzar una política monetaria lo suficientemente restrictiva que devuelva la inflación al 2,0 %, pero no estamos seguros de estar en esa situación», enfrió las esperanzas de quienes habían descartado la posibilidad de una nueva subida. El mismo día, una emisión del Tesoro a 30 años se topó con una demanda más baja de lo previsto y, por lo tanto, se colocó a un tipo más alto del habitual. Eso bastó para que los mercados de acciones y bonos bajaran al unísono durante la sesión.
[1] https://projects.fivethirtyeight.com/polls/president-primary-r/2024/national/